Necesito un respiro.
Volvimos al inglés para las entradas, pero suena mejor que en español, i don't know why, me gusta mucho hablar en inglés, y por eso las entradas en inglés, aunque no todas lo serán ni nada.
Bien, primero que nada: atrasaremos la entrada sobre mi querido Jake y nuestra no-relación o lo que sea la mierda que tengamos.
Ahora, ¿por qué el título? Pequeños curiosos, les contaré por qué mi bienvenida al 2014 está siendo una completa mierda, sobre una parte de mí desconocida hasta por mi propio ser, por mis ganas de mandar todo a la mierda, y mis incontrolables deseos de terminar el secundario e irme a la mierda de cualquier lugar cerca de mi familia, por lo cual estoy pensando seriamente irme a la capital y estudiar en la universidad ahí.
Bad news for me, guys. Bad year for me.
Well, here we go.
Contaré esto por día, va a ser una larga entrada, enserio necesito descargarme.
25 de diciembre: Navidad. Primer día malo, y ni siquiera había empezado el año.
Mi papá se puso condenadamente idiota, hablándonos mal, contestándonos mal, histérico, de mal humor e in-so-por-ta-ble. Arruinándonos la navidad al momento en que estuvimos solos. Todos esperan un lindo y buen día en navidad, ¿eh? Bien, les contaré un secreto: yo nunca tengo una buena navidad, no desde el 2009.
26 de diciembre: Llegamos a mi casa y todo estaba mal. No se hablaban, se ignoraban y mi mamá se mudó de habitación a la de mi hermano. Lindo, ¿eh?
28 de diciembre, aprox.: Días antes de que mis tíos y mi primita llegasen. Mi hermano y mi mamá tienen una jodida, fuerte, pelea. Mi mamá se enoja y viene a dormir a mi habitación. Hasta ese día, aguas tranquilas entre nosotras.
Semana hasta el 2/01 aprox.: Mis tíos se quedan en mi casa. Fingir que todo está bien. Fingir que mi familia no está rompiéndose cada vez más. Fingir que estoy bien.
7 de enero: Hasta ese día, todo igual. Mi mamá se muda de mi habitación a otra, y todo sigue igual. Ella ignora a mi papá, él a ella, no se hablan. Pero este día descubrí algo de mí misma que no sabía. Increíble, ¿eh? No es tan lindo como creen.
Mi mamá estaba histérica y molesta por una broma que yo había hecho el día anterior, es decir, por Dios, ella se queja del mal genio que tengo y ella tiene el mismo. Nos empezó a pelear a mí y a mi hermano. Le hablé que una amiga me invitó a su casa. Me empezó a hablar sobre mis quince, me dijo de que por qué no lo hacía en mi ciudad natal; le dije que no quería. Luego de eso, explota en contra de mí puta existencia. Me decía que para qué quería hacer mi cumpleaños acá si no tenía amigos, si no les importo. Ya sé que no me quieren, ya sé que no les intereso, pero no hace falta que me lo eches en cara, mamá, pensaba, e inevitablemente empecé a llorar. No quise hacerlo, no quise darle el gusto, no quise que sepa cuanto dolía, pero ya no aguanté. Mi hermano le decía que se calle, que me había hecho llorar. Lo silencié, entiendo lo que es callarse todo y no poder descargarte de ninguna forma. Me cansé y me fui de la mesa.
Acá empieza mi reciente descubrimiento. Lloraba y sollozaba como nunca, poco podía aguantar mis fuertes sollozos, pero nadie me escuchó, o fingieron no hacerlo, lo que mejor hacen. Temblaba descontroladamente y las lágrimas se negaban a parar, caían como si mis ojos fueran una maldita cascada. Si mis lágrimas fueran dulces, podría haber saciado un cuarto de una gran población. Mandé un mensaje a una amiga y le pregunté si podía quedarme a dormir en su casa, normalmente no soy así, pero estaba demasiado afectada para pensar en eso. Me dijo que sí y me calmé, debía prepararme para ir a la casa de mi otra amiga. Mi grupo se juntaba en la casa de Alice, y me quedaba a dormir en lo de Lucy. No quería estar un solo minuto más dentro de esa casa, quería y necesitaba irme, ya no aguantaba. Estaba en mi puto límite.
El problema no es que mi mamá me diga implícitamente "Estás sola y nadie te quiere", eso ya lo sé, por Dios; pero que te lo digan, a saberlo, es algo muy distinto. Que otra persona lo sepa hace que uno se sienta débil, expuesto. Y eso es lo que provocó mi descontrolado llanto. Me fui a bañar y me dije a mí misma que no debía seguir llorando, que debía ser fuerte y seguir adelante, como siempre, que era más de lo mismo. Me metí en la ducha y con la música a todo volumen me puse debajo de la regadera o como le digan. Y el llanto volvió. Me odié a mí misma por llorar, por no poder parar, por ser tan débil. ¿Y saben qué descubrí? Mi lado psicópata, mi lado suicida, mi peor cara. Comencé a pensar en sangre, en suicido, en las distintas formas que podrían conseguir matarme. Total, ¿qué ganaba con seguir viviendo mi vida? ¿Quién iba a sentirse mal por la chica solitaria y a la que nadie quería? Nadie, nadie se iba a sentir mal, por lo menos no porque la querían, sino por lástima, por una estúpida convención de sentirse mal cuando alguien muere, pero no preocuparse por esa persona cuando estaba viva. Y no fui lo suficientemente fuerte para cometer suicide. Commite suicide. Me hubiera gustado ser lo suficientemente fuerte. Pero soy débil. Otra razón para agregar a mi lista de razones por las cuales me odio a mí misma.
Con la cabeza en alto y el alma por el suelo, me dirigí a la casa de Alice a intentar pasar un lindo día, pero no estaba con energía suficiente. La noche anterior ni había dormido. Luego, fui a lo de Lucy y la pasamos bien, aunque seguía con el alma en el subsuelo. Le conté al final por qué no quería estar en mi casa, bueno, no todo. Sólo le dije que mi mamá se descargó conmigo. No dije todo, no dije la verdad. Y fingí que estaba bien.
Y hoy, 8 de diciembre de 2014, sé que este va a ser un año de mierda, sé que mi vida va a empeorar, sé que nada va a mejorarlo, sé que voy a sufrir, a llorar en silencio, y quién sabe si comienzo a ser anoréxica, bulímica o si voy a empezar a autolesionarme. Es muy probable, digo, creo que padezco de depresión, y mi mente psicópata despertó. Eso no es buena señal, gente.
Mi vida es la ironía de un libro. Me pasa todo lo malo, pero lo bueno nunca llega, y no tengo esperanzas de que llegue hasta que me vaya a la universidad bien lejos de todo, hacia un nuevo comienzo.
Semana hasta el 2/01 aprox.: Mis tíos se quedan en mi casa. Fingir que todo está bien. Fingir que mi familia no está rompiéndose cada vez más. Fingir que estoy bien.
7 de enero: Hasta ese día, todo igual. Mi mamá se muda de mi habitación a otra, y todo sigue igual. Ella ignora a mi papá, él a ella, no se hablan. Pero este día descubrí algo de mí misma que no sabía. Increíble, ¿eh? No es tan lindo como creen.
Mi mamá estaba histérica y molesta por una broma que yo había hecho el día anterior, es decir, por Dios, ella se queja del mal genio que tengo y ella tiene el mismo. Nos empezó a pelear a mí y a mi hermano. Le hablé que una amiga me invitó a su casa. Me empezó a hablar sobre mis quince, me dijo de que por qué no lo hacía en mi ciudad natal; le dije que no quería. Luego de eso, explota en contra de mí puta existencia. Me decía que para qué quería hacer mi cumpleaños acá si no tenía amigos, si no les importo. Ya sé que no me quieren, ya sé que no les intereso, pero no hace falta que me lo eches en cara, mamá, pensaba, e inevitablemente empecé a llorar. No quise hacerlo, no quise darle el gusto, no quise que sepa cuanto dolía, pero ya no aguanté. Mi hermano le decía que se calle, que me había hecho llorar. Lo silencié, entiendo lo que es callarse todo y no poder descargarte de ninguna forma. Me cansé y me fui de la mesa.
Acá empieza mi reciente descubrimiento. Lloraba y sollozaba como nunca, poco podía aguantar mis fuertes sollozos, pero nadie me escuchó, o fingieron no hacerlo, lo que mejor hacen. Temblaba descontroladamente y las lágrimas se negaban a parar, caían como si mis ojos fueran una maldita cascada. Si mis lágrimas fueran dulces, podría haber saciado un cuarto de una gran población. Mandé un mensaje a una amiga y le pregunté si podía quedarme a dormir en su casa, normalmente no soy así, pero estaba demasiado afectada para pensar en eso. Me dijo que sí y me calmé, debía prepararme para ir a la casa de mi otra amiga. Mi grupo se juntaba en la casa de Alice, y me quedaba a dormir en lo de Lucy. No quería estar un solo minuto más dentro de esa casa, quería y necesitaba irme, ya no aguantaba. Estaba en mi puto límite.
El problema no es que mi mamá me diga implícitamente "Estás sola y nadie te quiere", eso ya lo sé, por Dios; pero que te lo digan, a saberlo, es algo muy distinto. Que otra persona lo sepa hace que uno se sienta débil, expuesto. Y eso es lo que provocó mi descontrolado llanto. Me fui a bañar y me dije a mí misma que no debía seguir llorando, que debía ser fuerte y seguir adelante, como siempre, que era más de lo mismo. Me metí en la ducha y con la música a todo volumen me puse debajo de la regadera o como le digan. Y el llanto volvió. Me odié a mí misma por llorar, por no poder parar, por ser tan débil. ¿Y saben qué descubrí? Mi lado psicópata, mi lado suicida, mi peor cara. Comencé a pensar en sangre, en suicido, en las distintas formas que podrían conseguir matarme. Total, ¿qué ganaba con seguir viviendo mi vida? ¿Quién iba a sentirse mal por la chica solitaria y a la que nadie quería? Nadie, nadie se iba a sentir mal, por lo menos no porque la querían, sino por lástima, por una estúpida convención de sentirse mal cuando alguien muere, pero no preocuparse por esa persona cuando estaba viva. Y no fui lo suficientemente fuerte para cometer suicide. Commite suicide. Me hubiera gustado ser lo suficientemente fuerte. Pero soy débil. Otra razón para agregar a mi lista de razones por las cuales me odio a mí misma.
Con la cabeza en alto y el alma por el suelo, me dirigí a la casa de Alice a intentar pasar un lindo día, pero no estaba con energía suficiente. La noche anterior ni había dormido. Luego, fui a lo de Lucy y la pasamos bien, aunque seguía con el alma en el subsuelo. Le conté al final por qué no quería estar en mi casa, bueno, no todo. Sólo le dije que mi mamá se descargó conmigo. No dije todo, no dije la verdad. Y fingí que estaba bien.
Y hoy, 8 de diciembre de 2014, sé que este va a ser un año de mierda, sé que mi vida va a empeorar, sé que nada va a mejorarlo, sé que voy a sufrir, a llorar en silencio, y quién sabe si comienzo a ser anoréxica, bulímica o si voy a empezar a autolesionarme. Es muy probable, digo, creo que padezco de depresión, y mi mente psicópata despertó. Eso no es buena señal, gente.
Mi vida es la ironía de un libro. Me pasa todo lo malo, pero lo bueno nunca llega, y no tengo esperanzas de que llegue hasta que me vaya a la universidad bien lejos de todo, hacia un nuevo comienzo.
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