domingo, 19 de mayo de 2013

Insecure, in my skin...

Insegura.

Así me siento.

Ayer... en la fiesta de mi amiga... Y todo por él.

Vamos al día de ayer, la última vez que me sentí insegura.

Había hecho una pijamada con Alice y dos amigas más por mi cumpleaños.
Hablamos, reímos, miramos películas, hablamos con un amigo... Todo iba genial. Excepto por una cosa: Alice no paraba de hablar con Jake por Facebook. Lo sé, lo sé, puede que sean sólo amigos, pero, vamos, ¿qué hablen toda la noche y, encima, hayan estado juntos todo el cumpleaños de quince de mi amiga? Para mi, él gusta de ella. Ayer hablé a una amiga sobre eso, y ella me dijo que no era cierto. Pude haberle creído, pero, basándose en cómo es Alice, de seguro lo tiene en la palma de la mano.
Alice es rubia con ojos verdes, divertida, sociable, inteligente, alta, no es delgada, pero da igual. Es muy bonita.
Yo soy castaña con ojos marrones, piel olivácea, inteligente, alta, delgada, pero sin pechos ni trasero, y ella tiene un poco de ambos. Soy muy fea.
Lo lógico es que los chicos la elijan antes que a mí. Una castaña anti y una rubia muy social, todos eligen a la rubia.

Siempre soy la segunda opción. Y Alice la primer opción.

La segunda opción nunca gana, es lo lógico.
Yo nunca gano, es simple lógica.

Toda la noche me sentí igual, y ayer en la tarde (luego de que ellas se vayan), me puse a ver un drama, necesitaba llorar, necesitaba descargarme.

¿Saben lo que es aguantarse las lágrimas toda una noche y gran parte del día? Horrible. No podía llorar, si lo hacía, me preguntarían por qué y tendría que decirles sobre mis inseguridades, pero si lo hago, tal vez Alice deje de hablar con Jake por mi culpa, y me sentiría peor. Entonces me tragué las lágrimas y fingí, fingí el mejor papel de mi vida, fingí estar feliz cuando lo único que quería hacer era llorar. A eso súmale que antes de que ellas lleguen a mi casa, mi papá se peleó con todos; mi mamá, mi hermano y yo. Y mi hermano lloró, y yo quería llorar, peo tampoco lo hice. Por él, por mi hermano.

Luego de llorar, y contarle a mi amiga, me sentí mejor, sentí que el peso que tenía con todo eso se había ido, pero seguía insegura. Y sigo insegura.

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